Te echo de menos. Echo de menos los días que pasábamos sentados en la arena, hablando del futuro y emocionándonos inventando nuestras vidas. Cuando el calor apretaba y nos metíamos en el agua salada y nos dejábamos llevar por los juegos amorosos.
Tu ausencia disminuye mi presencia, y ya no invento futuros, ni paseos, ni baños en el salado mar. Los besos me resultan amargos porque no son los tuyos.
Te marchaste dejando tus huellas inéditas por segundos, te fuiste y me dejaste en el olvido de sueños rotos. Fantasma de mi cariño, compensa mi destino.
No elegí estar sin ti, pero no volverás jamás y sólo quedarán las huellas en mi alma, porque las de verdad, el agua se encargó de borrar.
Adiós.