28 noviembre, 2022

Heridas "de guerra"

   Que poco nos costaba llegar a casa con las rodillas heridas cuando éramos pequeños. Rodillas o brazos, codos o manos, la cara, el pecho o el culo; que más daba la parte del cuerpo dañada cuando todo era fruto de la diversión y el juego, y de pasar las tardes en la calle.

   Recuerdo llegar del colegio y tirar la mochila, recoger mi bocadillo de paté o jamón york , y salir corriendo para quedar con mis amigos, que seguramente hacían lo mismo que yo con sus mochilas. Y a la pregunta de nuestras madres: ¿y los deberes? Las respuestas que siempre se oían en la escalera de mi edificio eran: ¡los hago más tarde!, ¡ya los he hecho!, o ¡hoy no tengo!

   Juegos de calle, el pilla-pilla, el bote y la charranca, beisbol o futbol, canicas, patinete, el burro, patines, el escondite y muchos más. No era raro encontrar uno de ellos que no nos hiciera acabar por el suelo. Y que decir del afortunado que tenia una bicicleta y nos enseñaba por turnos a manejarla, y las peleas por subirnos a ella hasta que el dueño de la bici se la llevaba enfadado.

   Arañazos y resbalones por subirnos dos en el patinete sentados, o cogidos a la tabla hasta tambalearnos, y perder el equilibrio y caer de lado con la mejor de las suertes, y cuando no, nos íbamos de cabeza y nos dejábamos las rodillas en el asfalto.

   Así es como llegábamos a casa con esos moratones, ...con esas heridas "de guerra".


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21 noviembre, 2022

Estado Rosa

    De pronto me gusta el rosa. Siempre he sido de amarillo o negro, pero ahora me doy cuenta de que tengo mucho rosa en mi vida: el vestuario, accesorios para el pelo, el teléfono...

  A veces cambiamos de gusto o color progresivamente o inesperadamente, como yo, que hoy me he dado cuenta de que soy una mujer de rosa. Me parece un color tierno y atrevido a la vez. 

   En mi vida siempre ha permanecido el amarillo. Y creo que es por culpa de Piolín, porque soy una enamorada del pequeño pajarito de dibujo animado. Y digo permanecido por que cuando construyeron mi restaurante hice poner los enchufes amarillos, y en la zona de la vivienda, el baño es de color amarillo y blanco. Y la cortina de ducha, el perchero y el jabonero, y el accesorio para poner los cepillos de dientes son con motivos Piolín. Así que, siempre fui de amarillo hasta que un día me levanté y me di cuenta de que me gusta el rosa. Y no creo que sea por sentirme más femenina, simplemente creo que a veces tenemos que probar cosas nuevas, atrevernos a cambiar y vernos de otro color y de otra manera.

  De color amarillo son mi coche y mi bolso. ¡Que divertido sería un auto rosa! Jajaja. Este salto de color no creo que dure tanto, y mientras estoy en “estado rosa” lo disfrutaré, hasta que un día me levante y os explique cosas de otro color.

   ¿Qué color os sentís vosotros?

  
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14 noviembre, 2022

Alegría


    Mujer feliz y divertida, que ni siquiera un rayo de luz te borra la sonrisa.

    Disfrutas y se nota, no escondes nada. Y ese mar azul que te envuelve, te envidia y te sumerge. Pero tú brindas tu sonrisa al aire, al mar, y a tu gente.

    Te quieres, te quieren, y quieres. Y lo demuestras.

    Especial es la persona que se ve feliz, que transmite alegría, que perdona a la luz que intenta opacar su sonrisa, y al mar que en sus aguas zambulle.

   Especial es la mujer que no guarda nada, pero todo lo custodia.

    ¡Mujer Feliz!

    ¡Divertida!

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07 noviembre, 2022

Sobre silencios y nieblas

    En el silencio de las calles donde la niebla envuelve las cosas, las personas se difuminan como fantasmas al ojo humano, y se percibe ese olor a vacío que falta el aire. No me preguntes por qué se siente así cuando respiramos y nos inunda una sensación de quemarnos las entrañas, y las cosas envueltas por un rocío imperturbable se notan mojadas. 

   Las calles se encuentran resbaladizas y pegajosas al amanecer. Pero la gente que pasa por esas mismas calles al mediodía, cuando sale el sol, no saben qué diferentes son por la noche si nunca han sentido ese olor o esa humedad. 

   La niebla, ...la niebla no sólo es de las calles. La niebla está en el mar y en las montañas, y por desgracia, también en las personas. 

   Háblame de tu niebla o tu borrasca, pero no me hagas partícipe de ella porque cuando salga el sol para ti, ni recordarás lo mojada que me dejaste.


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