18 diciembre, 2023

Un año de textos y fotografías


    Nuestra pequeña criatura ha visto la luz. 

    Tras un año de textos y fotografías nuestro pequeño rincón salta de internet al papel en pequeño formato, como testimonio tangible del trabajo realizado.

    Todo empezó como un reto creativo, con la sola intención de seguir aprendiendo y mejorando ambas disciplinas, sin presión ni pretensión alguna, a su propio ritmo. Dejándonos llevar, de forma sosegada por nuestra imaginación y nuestro tiempo.

    Gracias a todos vosotros, a todos los que cada semana nos leéis y compartís vuestras impresiones en los comentarios, nos animamos a transportarlo al papel, en una edición pequeña, pensada para regalar a familiares y amigos más íntimos, de la cual os hacemos ahora partícipes. Y si por aquellas cosas del azar os interesa tener un ejemplar, solo tenéis que hacérnoslo saber y contemplaremos la posibilidad de hacer una segunda edición.

    Solo añadir que emprendemos este nuevo año con la ilusión y las ganas aumentadas por la emoción de tenerla entre las manos, y ya estamos pensando en diferentes posibilidades y nuevos formatos para la próxima.

    De momento aquí os dejamos una pequeña muestra, a ver qué os parece. Gracias a todos.




11 diciembre, 2023

Crónica de un Rally Fotográfico


    Emocionante, excitante y con ganas de salir a hacer fotos a la calle. Así nos encontramos mis compañeros de la asociación de fotografía y yo.

   Andamos concentrados preparando nuestras cámaras, ajustando los parámetros para cumplir con todo el reglamento y las bases del concurso.

    Os describo un poco como va a ir: en esta tercera edición somos doce participantes, y cada uno de nosotros propone un tema a fotografiar, y después cinco manos inocentes eligen los cinco temas.

    Una vez los tenemos bien apuntados nos marchamos todos a hacer fotos por las calles del pueblo, en busca de nuestra mejor imagen para cada tema, y no hay tiempo que perder, en esta tercera edición uno de los requisitos es que las fotografías sean todas en blanco y negro, un reto añadido para los que solemos fotografiar siempre en color, ¡y solo tenemos dos horas!

    Al salir a la calle, inevitablemente la gente te observa. Si vas con el móvil pasas más desapercibido, pero si estás cámara en mano en medio de un paso de cebra buscando líneas, delante de farolas o árboles con las piernas entreabiertas para coger el mejor ángulo o buscando marcos naturales, intentando enmarcar el motivo con las plantas de los jardines o las propias manos y esperando que se haga de noche para hacer fotos a las luces navideñas, no escapas a las miradas extrañadas de los transeúntes.

    Tras haber realizado y seleccionado nuestras cinco fotos, las descargamos, las visionamos y procedemos a comernos el coco para repartir nuestros votos.

    Y ahí estamos, un poco más tranquilos y a la vez nerviosos por el resultado. Y mientras se recuentan los puntos esperando la resolución, nos es inevitable pensar si alguna de nuestras fotos será ganadora.

    Personalmente estoy nerviosa, pero no más que lo estaría en un juego de mesa. Soy competitiva y me gusta ver el desarrollo de todas las partidas, quizá no gane el concurso, pero me consuelo pensando: lo importante es participar y hacer la mejor foto posible.

    Todos nos conocemos desde hace dos o tres años, no nos vemos asiduamente, aunque en lo fotográfico formamos una grupo extraordinario. Lo que prima en este concurso es pasarlo bien y claro, la cena de después, en la que se habla un tanto de fotografía y un mucho de nosotros mismos. Socializar es imprescindible.

    Seguro que me dejo cosas por escribir, lo guardaré en mi recamara llamada memoria y otro día os seguiré explicando mi experiencia.

    *Fotografías de Eladio Bellés, Esther Cornelia Bremer y José María Martín. 

    Clicad para verlas a un tamaño mayor.

04 diciembre, 2023

La sonrisa de un abandono

    Una mañana al despertar, se vislumbra en el contenedor 007, el del agente basurero con permiso para matar, un peluche sonriente.

    La delicadeza con la que se dejó el osito en el contenedor me hace pensar que no fue tirado cómo un peluche viejo y gastado. Creo que el niño que jugaba con él se hizo mayor, y el fatídico desenlace para el osito fue ese.

    El muñeco al que abrazaba todas las noches al dormir o que recibía las lagrimas de desconsuelo cuando algo no salía bien, con su sonrisa perpetua sabia dar el matiz a cada situación.

    ¿Cuántos secretos se lleva a su tumba de escombros?

    Por ser optimista y un poco fantasiosa, me imaginaré un lugar mejor para él, después de captar esta imagen tan triste cuando el fotógrafo se fue, corrió un niño hacia el osito y lo abrazó, su madre le recriminó y le estiró del brazo, pero al ver al mismo tiempo a su hijo tan feliz como nunca había estado con ninguno de sus peluches antes, lo recogieron, se lo llevaron a casa y lo lavaron, allí reside ahora y para inventarme un final mas compensatorio, diré que nunca se desharán de él.