22 abril, 2024

Desayuno para uno con compañía


    
Cuando vi esta fotografía por primera vez, me hizo preguntarme por muchos aspectos de mi vida, uno de ellos era...

    ¿Esa situación es libertad o soledad?

   Es verdad que tener a nuestra mascota cerca nos reconforta, pero ¿necesitamos el factor humano para no sentirnos solos?

    Si sigo mirando la foto, veo a una mujer despreocupada por lo que dirán, ahí con su bolso colgado en el lateral del banco, su perrito blanco inmaculado a su lado y la bandeja del desayuno en su regazo.

    Su postura y pechos alicaídos, tal cual hippie de los setenta, y su semblante desafiante ante quien la mira.

    A mí me transmite libertad, de hacer y deshacer a su gusto y momento.

    La soledad es solo un pensamiento para mí, todos en algún momento de nuestra vida nos sentimos solos, pero es porque lo estamos realmente y si aprendemos a vivir con ello, ya no queremos lidiar con cualquier persona.


15 abril, 2024

Desesperación

    Mi mente está atorada, parada, vacía de pensamientos nuevos. Solo hay en ella aquellos viejos recuerdos, aquellas personas que se fueron y los... si hubiera hecho o los posibles quizás. ¡No, no, para mente estúpida! 

    Así se sentía cada vez que se metía entre las sábanas de franela, en las que en tiempo de frío lo cobijaban como un bocadillo de ropa, en la cama de su niñez. Se dio cuenta de que pasaba esto siempre que iba de visita a casa de sus padres. Se sentía en blanco y venían a su cabeza posibles escenarios de vida. ¿Y si hubiera hecho esto? ¿Y si hubiera hecho aquello? Nada, el pasado no se puede arreglar, le decía su psicólogo cada semana. 

     Quizás si hubiera actuado de esa manera, no siendo tan yo y me dejara llevar por la situación, quizás. Pero de pronto unas Navidades pasó algo diferente, la cama era la misma, las sábanas también, pero los pensamientos fluían mirando al futuro y él no entendía por qué. De pronto se le ocurrió buscarlas, debajo de la cama, en el armario, incluso en el escritorio. Nada, no estaban. Llamó a su madre impaciente, ¿mami dónde están ellas? -Hijo, Carlitos, las tiré, ellas no te hacían bien-. Pero, pero mis muñecas son las únicas que me llevaban a lo que yo quería ser. 

    La confusión se apoderó de él de tal manera que el único escape fueron las vías del tren. 



08 abril, 2024

Niebla a las diez

   El otro día soñé que casi me atropellaba un tren, me salvaba por tres veces. Me desperté un poco aturdida y pastosa, en mi sueño había muchos elementos que no entendí bien, como la niebla, el aire pegajoso y las luces. Por eso, al ver esta foto, me hizo recordar lo que pasó por mi cabeza esa noche. 

    Dicen que los sueños son nuestro subconsciente, entonces, si me pongo a interpretar, diré aquello de, -mi vida es como una rotonda y siempre doy vueltas a lo mismo o fíjate en los trenes que pasan y no te subes en ninguno, mejor aún mira las luces que te indican el camino a seguir.

    La hora, a las diez, probablemente cuando tuve mi sueño o fue más tarde, no lo sé.

    Si sigo con la interpretación, diré que en mi vida he tenido muchos estados así, días espesos, noches pastosas y marchar a la velocidad de un tren. Mientras giro el volante y pongo el intermitente que dura unos segundos y que realmente nadie ve.

    En mi sueño había una segunda parte, con ventanas que se abrían con el fuerte viento de la noche y ropa volando, mi hijo tocando la guitarra y yo gritando que venía el tren. Quizás no era la parte dos, sino el mismo reloj, los sueños son como la niebla y la vida misma, ¿no creéis?


01 abril, 2024

Mujer fuerte

    Siéntate un rato, mujer. Siéntete, escúchate.

   ¿Oyes? Es tu corazón, ese bombeo ajetreado sin pausa ni sosiego.

    Hazte un café mental, caliente y amargo. Háblate a ti misma de amor sin endulzar tus palabras.

    Custodia y sella ese amor para ti, no dejes a nadie la llave de tu felicidad.

   Mírate al espejo, reconócete como una mujer fuerte, no mires tu reflejo, mira dentro de ti.

    Quiérete por fin.


*Con este texto Nuri participó en el Concurso de Microrelatos propuesto por la EPA de Vinaròs para el Día de la Mujer, 2024.



18 marzo, 2024

Sobre la caricia esperada.

    Últimamente paso mucho tiempo a solas, y desde mi rincón observo el insulso devenir cotidiano y los escasos acontecimientos que pasan en la casa donde ahora vivo, e intento entender por qué ya no me hacen caso.

    Noto cómo mi cuerpo sufre con el tiempo cambiante, cómo la humedad reseca mis articulaciones y me mata esa tensión constante en mi espalda. Sí, necesito una puesta a punto, un buen engrasado de mis articulaciones y actividad, sobre todo mucha actividad.

    Recuerdo con suma alegría el tiempo en que no paraba por casa, y que allí a donde fuera mi presencia alegraba el ambiente y llenaba de armonía el espacio, y el tiempo se detenía en el instante preciso para reconfortar almas solitarias, llenar de júbilo a otras, y para hacer la tristeza y melancolía más llevadera a otras tantas. Y otras veces en las que me reencontraba con viejos compañeros de aventuras, y sin querer, la improvisación lo convertía todo en una fiesta.

   Pero hoy, una visita inesperada me ha devuelto la esperanza de volver allí. Sé que él me entiende, sabe muy bien cuál es mi propósito en esta vida y estoy segura de que hoy será para mí un día feliz. Así que me muestro más risueña que nunca, me mantengo erguida y luminosa, intento deshacerme del polvo acumulado y tersar mi piel más si cabe, esperando esa mirada de reojo que le hará caer en la tentación, en la necesidad del abrazo, de estrechar mi cuerpo contra su pecho y de acariciarme suavemente para sacar lo mejor de mí.

    Tras un rato de espera -que hasta me ha hecho dudar-, llega el momento esperado. Le veo acercarse a mí con una sonrisa, me levanta y me sacude levemente el polvo restante, me posa en su regazo y me abraza, y me trastea para ponerme a punto. Enciende su pitillo, un segundo de pausa para disfrutar de la caricia del sol que nos contempla y empieza la magia. Siento ese instante maravilloso en que pone sus dedos sobre mí y me hace reír y vibrar acompasadamente, y desde lo más profundo de mi cuerpo brotan infinidad de notas, graves, agudas, que se mezclan entre ellas y crean esa combinación de acordes multicolor que, suspendidos en el aire en un armonioso baile, llenan el espacio, resuenan en paredes y techos para acabar inundando de sentimientos los corazones, provocando sonrisas, animando al tarareo y llenando irremediablemente de ritmo los pies.

    Y tras un buen rato de extrema alegría llegó de nuevo el silencio, y aunque no pueda precisar cuándo será la próxima vez que esté de nuevo en sus brazos, respiro tranquila y pienso: sí, hoy fue para mí un día feliz.


*En esta ocasión la foto es de Nuri y el texto de Eladio.

 

11 marzo, 2024

Nuevo equipaje


    
Hiciste la maleta en lo que parecía un viaje de trabajo. No vi nunca la razón de tu partida. Me quedé esperando durante días, noches interminables y desayunos faltos de energía. Me pregunté muchas veces si estabas bien, si fue una decisión alternativa o una condición de tu amante embarazada.

    Yo no pude darte hijos, pero eso tú ya lo sabías. Me rindo, ¡qué poco amor me tenías!

   Pasaron meses antes de vernos otra vez, y allí estabas en aquel parque haciendo fotos a tu hija. Magda la llamasteis, como a tu madre. Sonreías, y tu mujer también.

    Me quedé mirando la escena y también sonreí, mi hermana estaba guapísima y mi sobrina era un amor.


26 febrero, 2024

Renglones para mí

    Escribiré, escribiré con tinta de bolígrafo para que nada ni nadie lo pueda borrar.

   Mis esperanzas, deseos, sueños, metas a alcanzar, confianza y demás, lo escribiré con tinta de colores.

   Mi familia, la llevaré en mi piel, enlazada en un infinito cerca de mi corazón.

    Escribiré, escribiré a los amigos con lápiz y dejaré que te imagines por qué.

    Mi corazón guiará mi mano para hacer este escrito lo más amable posible, para que nunca mi bolígrafo haga daño con sus letras intencionadamente a ningún ser vivo.

    En este relato no explico nada concreto, solo las formas en mi tipo de escritura, pero lo que sí sé es que estas letras quedarán impresas incluso cuando yo ya me haya ido.

    Por eso, la importancia del escrito.