Fuerza y coraje es lo que me trasmiten estas fotos. Cuando pasas por una dolencia así son las palabras más escuchadas y la gente ni se imagina que lo que realmente estás aprendiendo es a ser resiliente.
Ese ánimo y fuerza que te piden no tienes más remedio que tenerlo, esa lucha de la que hablan es la confianza o la suerte que tengas al encontrar médicos que te administren la medicina apropiada para tu tipo de cáncer.
Suerte, si te salvas, pobre, si no lo haces, “luchó con todas sus fuerzas”, “fue muy valiente”
Valiente no es el que afronta una enfermedad porque no tiene más remedio, valiente es el que a pesar de ella sigue su vida y se levanta cada día con ganas de vivir.
El título de las fotos es el más realista de los que haya visto, y a la vez el más optimista. No vamos a hacer de esta enfermedad un drama. Sí, hay muchísima gente que muere porque un día sus células deciden agruparse y atacar su cuerpo indiscriminadamente.
No hagamos del cáncer nuestra enfermedad, no le demos ese valor. No es nuestro, no escojamos ese regalo, hablemos de él como enfermedad que nos acompaña y confiemos en los medicamentos como el transporte que se lo va a llevar fuera de nuestro cuerpo.
Resiliencia es esa capacidad de superar una situación traumática, eso es a mi parecer lo que aprendemos cuando nos acompaña una enfermedad así.
En mis escritos siempre hablo sobre mi punto de vista, y podría extenderme largo y tendido hablando del cáncer y de mi experiencia vivida, y si he faltado al respeto alguna opinión contraria, no lo he hecho intencionadamente. Es, como digo siempre, mi pura opinión.