Cuando vi esta fotografía por primera vez, me hizo preguntarme por muchos aspectos de mi vida, uno de ellos era...
¿Esa situación es libertad o soledad?
Es verdad que tener a nuestra mascota cerca nos reconforta, pero ¿necesitamos el factor humano para no sentirnos solos?
Si sigo mirando la foto, veo a una mujer despreocupada por lo que dirán, ahí con su bolso colgado en el lateral del banco, su perrito blanco inmaculado a su lado y la bandeja del desayuno en su regazo.
Su postura y pechos alicaídos, tal cual hippie de los setenta, y su semblante desafiante ante quien la mira.
A mí me transmite libertad, de hacer y deshacer a su gusto y momento.
La soledad es solo un pensamiento para mí, todos en algún momento de nuestra vida nos sentimos solos, pero es porque lo estamos realmente y si aprendemos a vivir con ello, ya no queremos lidiar con cualquier persona.