15 abril, 2024

Desesperación

    Mi mente está atorada, parada, vacía de pensamientos nuevos. Solo hay en ella aquellos viejos recuerdos, aquellas personas que se fueron y los... si hubiera hecho o los posibles quizás. ¡No, no, para mente estúpida! 

    Así se sentía cada vez que se metía entre las sábanas de franela, en las que en tiempo de frío lo cobijaban como un bocadillo de ropa, en la cama de su niñez. Se dio cuenta de que pasaba esto siempre que iba de visita a casa de sus padres. Se sentía en blanco y venían a su cabeza posibles escenarios de vida. ¿Y si hubiera hecho esto? ¿Y si hubiera hecho aquello? Nada, el pasado no se puede arreglar, le decía su psicólogo cada semana. 

     Quizás si hubiera actuado de esa manera, no siendo tan yo y me dejara llevar por la situación, quizás. Pero de pronto unas Navidades pasó algo diferente, la cama era la misma, las sábanas también, pero los pensamientos fluían mirando al futuro y él no entendía por qué. De pronto se le ocurrió buscarlas, debajo de la cama, en el armario, incluso en el escritorio. Nada, no estaban. Llamó a su madre impaciente, ¿mami dónde están ellas? -Hijo, Carlitos, las tiré, ellas no te hacían bien-. Pero, pero mis muñecas son las únicas que me llevaban a lo que yo quería ser. 

    La confusión se apoderó de él de tal manera que el único escape fueron las vías del tren. 



2 comentarios:

  1. Gran bofetada la que me ha dado el final, al principio me estaba llevando a algo mas tierno, fotón.

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  2. El último parrafo es raro pero la foto ayuda a entenderlo. Todo en conjunto es entendible.ACR

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