Puntadas

    Esta foto me inspira tranquilidad y paz interior. He respirado hondo y he soltado el aire poco a poco, y mi cerebro se a oxigenado y he podido ver esas delicadas manos remendando la cortina, también me he preguntado en qué estaría pensando su autora.

    ¿Quizás como en plena pandemia nos dimos cuenta del valor de las cosas? Cosas que siempre están ahí y las hacemos perdurar en el tiempo, incluso cuando ya no estamos más. Remiendos, puntadas de un momento incierto que vivimos y cada uno lo cosió a su manera.

   Esta foto me parece tan bonita, con esa luz cálida que transmite bienestar y otra vez, paz.

    Creo que con tanto consumismo nos olvidamos que las cosas se pueden arreglar o incluso transformar para usar de otra manera. Se rompe, ¿¡va, lo tiramos!? No, pero lo hacemos a veces.

    Puntadas finas y precisas que como todo en la vida, si se hacen con cariño duran para siempre, cosidos de amor, y sin titubear, esos brazos colgados en el aire van cerrando la pequeña brecha, producida quizás por uno de los gatos de la casa.

     ¿Nuestros lectores serán de tirar o serán de remendar?

Un lugar para pensar

     Una foto collage de sillas es un reto para mi compi. Sus míticas sillas de lugares para pensar no se merecen hablar de sólo una de ellas, así que le reté a poner un montón y las más variopintas que encontrase.

    Un lugar para pensar, meditar o incluso dormitar. ¿Por qué nos sentamos cuando pensamos? ¿No sabemos hacerlo de pié?

    La silla, ese objeto que está por todas partes: de madera o plástico, de hierro o piedra, casi siempre con cuatro patas y un respaldo. Descrito el objeto en sí, me hago muchas preguntas, una de ellas es: ¿Cuántas sillas hay en una casa?, ¿hay casas sin sillas?

    En mi casa tengo ocho, repartidas entre el comedor y el salón, y una en cada habitación que sirven para poner ropa encima.

    Las sillas están en nuestra vida desde siempre, las primeras posiblemente eran de piedra, sillones o tronos. Tantos sitios para pensar que vemos cada día, y no pensamos que están ahí, dando por hecho que existen.

     Es curioso que haya una escultura del pensador en Paris y que esté sentado. De los treintaitrés grandes pensadores de la historia el más importante fue Sócrates, ¿lo haría sentado?...eso de pensar.

    Los lugares donde pensar también son un dato importante que hay que visualizar, y sin que penséis mal de mí, os diré que a mi se me da muy bien pensar en el baño. Otro trono del que nunca nadie habla pero en el que cada día nos sentamos todos.

    ¿Qué silla elegiréis vosotros para pensar?

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Monstru@s

    Cuando reconocí a los monstru@s llamados narcisistas, psicópatas, sociópatas, mitómanos etc... ya era demasiado tarde para las personas que más quiero. Estaban en esa red invisible en la que te meten y te dejan con una disonancia cognitiva y un estrés postraumático que les costará años de curar.

    Muchas de estas personas no son conscientes de haber estado o de estar en ese pozo de sentimientos vacíos, idealizan al monstru@ por recordar el bombardeo de amor de los primeros años vividos con él. Quieren volver a vivir esos tiempos por recordar a la persona que los enamoró, pero ese monstruo ya ha mutado y ahora es el que te asegura que tu familia no te hace bien, el que si sales con amigos se muestra encantador pero en casa los critica a todos, el que te aparta poco a poco de la gente que tú quieres, de una manera tan sutil que crees todo lo que dice, con argumentos manipulados a su antojo hace que parezcan razonables. Y tú sabes que algo no está bien pero no identificas qué es.

    En el momento en el que dudas, tu cuerda está floja y cuando te ve dudar vuelve a tensarla convirtiéndose en el ser más maravilloso para ti. Tu mente no razona, tu energía mimba, y la gente no te cree si llegas a nombrar al monstru@ como a veces lo ves, ¿Qué está pasando?

      Pasa que el montru@ tiene una careta para cada ser, estas personas con sus trastornos no diagnosticados carecen de empatía, están entre nosotros, son padres y madres, hermanos, parejas y amigos, o políticos, jueces y gente con poder.

     Podría estar escribiendo o dando información sobre estos consumidores de energía almática pero no me voy a extender más porque seguro haré una segunda y tercera parte.

    Como dijo Ghandi: que nadie camine por mi mente con los pies descalzos.

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