Estados pasajeros

   Nunca se propuso hacer una sinopsis de su vida, puesto que el esquema saldría con muchas vertientes que ni ella entendería.

   Parece mentira que cuando tiene un mal día pueda escribir sin freno y con sentimiento.

  Pocos la entenderán en su redacción particular, todos preguntarán si está bien o es pasajero, la verdad estará entre líneas.

   A veces hay que sacudir el árbol de las palabras prohibidas, como son para ella, depresión o melancolía.

  Divaga por el texto como ratón en panadería, con un desorden contextual que no entendía.

   Sabe que los malos momentos al igual que los buenos duran poco tiempo y pasan rápido.

   Da miedo beneficiarse de estos estados, por supuesto no es esa la intención y aunque su cabeza sea un hervidero de palabras inconclusas, hace falta saber la razón que la llevó a escribir estos párrafos.

   Sin más termina su escrito, que jeroglífico para sus lectores, y ahí lo deja y espera.