Lecturas solitarias

    Que espectáculo tan grandioso es ver a un niño con un libro en las manos hoy en día. 

   Tildaríamos esta foto como una especie en extinción por decir algo también. Sorpresiva y curiosa son otros adjetivos que se me ocurren para tan magnifico retrato.

    El poder de la lectura que nos enseñaron nuestros padres y maestros, olvidada por muchos porque no tienen tiempo.

     Quizás el aburrimiento lo llevó a ese lugar y tan solo es un pasatiempo. Pero solo la idea de coger un libro ya es una buena elección, adentrarse en sus páginas para vivir una aventura de media hora o seguir un cuento que dejó en otro momento. 

     Su asiento, el frío suelo. Su respaldo, los libros eternos, ajeno a la gente que casi lo pisa y que lo miran con satisfacción de ver que aún hay esperanza al ver tan bella ilusión.