29 julio, 2024

Pareja de escaparate

    Viendo esta foto, me vinieron a la cabeza las redes sociales, el mundo en el que vivimos ahora, lleno de narcisistas e hipócritas, haciendo de su vida un escaparate. La foto, como siempre, me parece excepcional por el lugar, el momento y la vista del fotógrafo. Quizás hasta divertida por aprovechar la farola como cabeza, la cual parece una idea original, y la sombra de detrás, a la que no identifico de dónde puede salir. El título, fantástico... como siempre. 

    Pero vayamos a lo dicho antes. Aunque se haya hablado mucho, quiero poner mi granito de arena para que resuene una voz más y se acepte mi crítica como denuncia y posición, siempre desde mi punto de vista y sin herir a nadie intencionadamente. 

    Un tiempo atrás, también fui una chica de escaparate, enseñando casi mi día a día, hasta dónde viajaba o comía y con quién. Ahora me cuestiono si estaba bien y creo que no, pero la luz de la bombilla era tan fuerte que no me dejaba ver. Mensajes, fotos, halagos en privado y públicos eran una continua subida de ego; hombres solteros y casados que veían mis fotos y sentían la necesidad de hablarme o enviarme fotos subidas de tono. 

    Sí, sucumbí a las redes sociales. ¿Me arrepiento? No, por supuesto, lo hecho, hecho está. ¿Por qué digo que me cuestiono? Porque hacerme preguntas a mí misma está en mi ADN. 

    Quizás en mis escritos hablo tanto de mí o me veo reflejada en tantas fotos porque aún quedan rescoldos de ese tiempo pasado... algo a lo que no puedo renunciar porque creo sinceramente que todos llevamos una pareja de escaparate dentro y nos amoldamos a los tiempos modernos, mutando por fases en distintas plataformas digitales. 

    ¿Vosotros cómo lo veis?


22 julio, 2024

Ellas

  Cada primavera, al salir al jardín, las veo en fila, trabajando. Con órdenes de su capitán, desfilan por en medio de mi propiedad sin ningún miramiento. Algunas se agrupan y me imagino que hablan entre ellas, comentan que las presentes informen a las ausentes para acatar lo dicho. 

    Al pasar, intento no pisarlas, pero su carrera es tan larga y absurda que me veo obligada a hacer eses y es casi imposible no aplastar alguna. Cargan pesados víveres para el invierno, cada una sabe el rol que le toca, pero cuanto más las observo más aprendo y deduzco que se asemejan mucho a lo que todos conocemos. 

    Un día, mientras me dirigía a hacer mis tareas, les hablé. Me agaché todo lo que pude y recé: "Por favor, ¿no podríais hacer la fila junto a la pared? Yo tengo cuidado, pero no soy responsable de la gente que viene a visitarme". Continuaron así por varios días, y sorpresivamente, una mañana las vi ¡me hicieron caso! Exclamé. Allí estaban, junto a la pared, con el camino libre para mí. 

   Es una locura, lo sé, pero ellas me escucharon e hicieron caso a mi petición. Estaba atónita y contenta... Si lo explico, no me creerán, pero creo que sabrán de quién escribo y sin decir nombre todos las tenéis en mente.



15 julio, 2024

Lugar seguro

   Mi lugar seguro te hace cosquillas en la nariz, te nubla la vista y el olor a limpio te adormece. 

    Uno siente allí una fuerte presión en el pecho y también en la espalda, tan intensa que todo se calma. 

    En mi lugar seguro, el tiempo se detiene y el calor te inunda, la piel se funde y el latido se acompasa. 

   Mi lugar seguro es a veces breve y a veces no tanto, es sosiego y a veces llanto.

*En esta ocasión la foto es de Nuri y el texto de Eladio.


08 julio, 2024

Sobre la tristeza


    Hay fotos que se clavan en el alma, si te detienes un rato a mirarlas, despiertas en ti un profundo sentimiento, en este caso de tristeza. Solo si tienes un poco de la tan nombrada empatía, sentirás ese lamento sordo del que no tiene palabras pero sí rostro. 

    Encierro a cielo abierto, surcos en tus ojos de lágrimas invisibles, penar de tu última etapa de vida. Pesa, la tristeza pesa, no son kilos, no son onzas, pero pesa. Lloro, es un momento, pero pareces mucho tiempo. Ya no ladras, solo bostezas, aliviando así tu espera. ¿Dónde está aquel que te alimenta?... y no hablo de comida, sino de tu tristeza. 

    Mirada perdida y caricia abandonada, así describiría el sentimiento que me envuelve. Muchos pensarán que es solo un perro, un perro triste. Yo he visto esa mirada en las personas y ahí es donde te das cuenta de que no somos tan diferentes.