15 mayo, 2023

Robastesa

    Paseando por la calle con mi compañero de fotografía me he dado cuenta de lo mucho que me gustan los balcones. Soy una "voyeur" de los espacios pequeños dichos por mí, aparadores que dan a la calle. No es por nada que tengo un instagram llamado “robastesa” donde cuelgo allí poco a poco todas las fotos que he recogido durante meses.

   Los que no tienen balcones tienen terrazas, donde los tendidos son más espectaculares, con sábanas o alfombras danzando al compás del viento. Los balcones a mi parecer son más ingeniosos, con poco espacio para colgar la ropa te sorprenden con tendales abarrotados de ella, bicicletas en la pared o mesas pequeñas, plantas y hermosas flores, que recuerdan jardines colgantes.

   Hay casas abandonadas con balcones y un ecosistema aparte creciendo en ellos.

    Hay balcones sin nada, donde pienso que no vive nadie, o son personas muy sencillas.

    Me encanta ir por el pueblo y mirar los espacios cuadrados con ropa colgada, que en conjunto son como un “tetris” en la pared de los edificios.

   Un balcón te habla de la gente que vive dentro, hasta podemos imaginar el momento que están pasando por la ropa que cuelgan. Si hay mucha ropa oscura, gente mayor o de luto, aunque también pueden tener ese color como preferido en su vestimenta evidentemente. Si es ropa multicolor: familia con dos o tres niños. Y ropa azul o verde fosforito: uniformes de trabajo en fabricas o servicios. Ropa pequeña y delicada: un bebé que ha llegado a la familia. Y si hay dos bicicletas en la pared y ropa de deporte: pareja que vive junta desde hace poco. 

    Y así podría seguir explicando, siempre desde mi punto de vista, cómo nos hablan los balcones de las personas que viven allí.

   También tenemos que hablar de los que salen a fumar al balcón, y son los llamados “radares del barrio” Donde yo crecí había una señora siempre asomada a su balcón que se enteraba de todo lo que pasaba en la calle. La llamábamos "piquito de oro", y al escribir esto he recordado que en mi barrio había muchos balcones llenos de jaulas con canarios de colores. En los balcones de hoy en día se ven muy pocos pájaros encerrados, supongo que nos hemos concienciado un poco y ya no los tenemos en el balcón.

    También encontramos perros que miran a la gente pasar, balcones cerrados, con gatos que toman el sol de la mañana.

    Como siempre me pasa podría escribir más de este tema, pero lo dejaré aquí y cuando vaya fotografiando más balcones, iré haciéndome sabedora de sus habitantes.


(Clicad en la imágenes para verlas a mayor tamaño)

6 comentarios:

  1. Curioso relato y curiosa afición la tuya, simpático texto donde nos habeis hecho ver la vida de un pueblo, de su gente.

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    1. Celebramos que te haya gustado, Ciri!
      Gracias de nuevo por pasarte y comentar. Un abrazo.

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  2. Es molt cert el que dius,divertit també, curiosa la manera de veura ho!

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    1. A la mínima que observes una mica, es pot entreveure la vida que hi viu.
      Gràcies de nou per passar-te i comentar, Sole. Una abraçada.

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  3. Bonic escrit, em recorda la nostra infantesa amb la roba estesa i la radio a tot volum dins dels patis de llum, tambe amb el soroll de les cassoles de fer el menjar. ACR

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    1. Certament, és gairebé inevitable transportar-se a aquell temps d'infància.
      Gràcies de nou per passar-te i comentar, Angela. Una abraçada.

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